By  Ingenio
Hace ya más de una década que me sumergí en el mundo del aprendizaje en línea, durante ese transcurso he participado en más de 30 cursos en líneas, experimentando el proceso de enseñanza-aprendizaje desde tres puntos de vista, como alumno, tutor y administrador de las plataformas de gestión del aprendizaje. Esto me ha permitido apreciar seis principios para que la educación en línea prospere:
  1. Formar un equipo de profesionales capacitados: El equipo de trabajo debe contar como mínimo con profesionales de las áreas de docencia, tecnología de información y comunicación, diseño gráfico, entre otros.
  2. Definir roles, competencias y responsabilidades: Cada integrante del equipo debe tener un rol en particular, en base a ese rol se decantan las competencias y responsabilidades (no vamos a darle la tarea de diseño gráfico a un profesor o ¿si?).
  3. Personalización minimalista del campus (plataforma de gestión de aprendizaje) junto a sus aulas virtuales: Se debe adecuar con la imagen corporativa de la institución reduciendola a lo esencial. Eliminando el exceso de imágenes que recargan la vista del usuario (en este caso el estudiante), lo que evita que se abrume por tanta cantidad de información junta.
  4. Sintetización del contenido programático: Los cursos deben ser claros, precisos y concisos, con recomendaciones y prescripciones específicas al respecto. No se debe suministrar contenido excesivo como libro completos, vídeos y presentaciones largas.
  5. Personalizar el aprendizaje: Los seres humanos son naturalmente diferentes y diversos, por lo que su aprendizaje es desemejante; Cada individuo desarrolla una o más inteligencias (lingüístico-verbal, lógica-matemática, espacial, musical, corporal kinestésica, intrapersonal, interpersonal y naturalista), por lo que el contenido programático debe orientarse a las inteligencias múltiples (Los niños prosperan mejor con un amplio plan de estudios que celebre sus diferentes talentos, no solo una pequeña porción de ellos).
  6. Despertar la curiosidad del participante: Enciende la curiosidad en un niño, con frecuencia, aprenderá sin mucha ayuda. El rol del tutor es facilitar el aprendizaje, guiar, estimular, provocar, involucrar a los alumnos en el proceso de enseñanza – aprendizaje. Lo más importante es, si un participante está en problemas se debe llegar rápidamente a él, identificar la problemática y apoyarlo.